Basto solo un instante, cerro sus ojos,
Soñó que no era un sueño, ocupada en la cocina, iba y venía.
Todo estaba planeado, adobos, colores, sabores,
Ambiente perfecto, su mejor vestido, el perfume…
El reloj marca las seis, suspira, de pronto su corazón late más rápido.
Parada en la ventana una suave brisa toca su rostro, mariposas amarillas tapan
sus ojos llevándose cada lágrima,
La luna serpentea entre nubes negras y blancas, siguen llegando mariposas, la
necesitan viva, no se mueve sus pies, se clavaron con la angustia.
3
Da la vuelta lentamente hacia la puerta, recoge un papel arrugado, las letras en
tinta roja, manchadas las manos de tanto estrujar sus muslos, ya no escucho su
corazón, solo las mariposas la abrazaron.
Autora: Lucía Vargas- La diosa Dabeiba
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